Son objetivos que se han planteado con esta técnica es la reducción del consumo de agua, así como la reducción en el consumo de energía eléctrica. En ambos casos ha habido ahorros, de toneladas en emisiones de CO2 y de millones de metros cúbicos de agua.
Con esto la realización de estudios periódicos para determinar si hay desviaciones en las emisiones de CO2, y de las aguas residuales, para reducirlas en ambos casos en vista de que deterioran el ambiente y generan más gases de efecto invernadero.
Así como el país tiene como meta bajar el 22 por ciento las emisiones de CO2 para el 2030, para esa misma fecha se ha planteado bajar en 51 por ciento de carbono negro.
Un objetivo más cercano es aumentar a 35 por ciento la generación eléctrica a partir de fuentes limpias para el 2024.