Órganos internacionales, como el Banco Mundial, han advertido la necesidad de implementar programas de eficiencia energética a través de compromisos a largo plazo, que se adecúen a los mercados locales. Asimismo, deben respaldarse con políticas, normativa e incentivos ad hoc. Algunos beneficios de su empleo son:
- Es la opción con un menor costo a emplear para cumplir con los esfuerzos internacionales de frenar el cambio climático.
- Contribuye a reducir los GEI y alcanzar las metas en esta materia establecidas en el Acuerdo de París.
- Representa un mercado mundial de 360 mil millones de dólares.
- Incrementa la seguridad energética.
- Disminuye la presión sobre los presupuestos nacionales y de los hogares.
- Aumenta la confiabilidad de los sistemas de energía eléctrica.
- Mejora la competitividad.
- Optimiza las operaciones en sectores fundamentales, como la educación y la salud.
No obstante los beneficios que supone, el empleo de la eficiencia energética se ha visto obstaculizado por cuestiones políticas, financieras y técnicas.
Es evidente la importancia que tiene la participación de las empresas, sobre todo aquellas que se han desempeñado con un alto sentido de la responsabilidad social, como los dueños de Grupo Kosmos.