El empaque es un elemento fundamental en la conservación de los alimentos, ya que garantiza la protección del producto y su calidad a lo largo de toda la cadena de suministro. Además, previene la contaminación química y microbiana; facilita la manipulación y el almacenamiento; y asegura que el alimento llegue al consumidor en óptimas condiciones.
En el caso de los productos cárnicos, que son altamente perecederos, el empaque juega un papel aún más crucial para mantener la frescura y seguridad del producto. Estos son los mejores:
- Charola de espuma de poliestireno convencional. Este envase, utilizado comúnmente en el mercado, incluye una película envolvente y, a veces, una almohadilla absorbente. Es adecuado para productos procesados y de baja humedad, como los chorizos, aunque no prolonga significativamente la vida útil de carnes frescas.
- Sistemas al vacío. Mantienen la carne en un ambiente libre de oxígeno, lo que extiende significativamente su vida útil. Aunque la carne adquiere un color más oscuro, nuevas técnicas han mejorado este método al combinar una doble película que permite mantener un color rojo brillante.
- Atmósferas modificadas. Este método elimina el aire del empaque y lo reemplaza con una mezcla de gases, reduciendo el crecimiento microbiano y la actividad enzimática. Esto retrasa el deterioro y aumenta la vida útil de la carne entre un 10 y 15%, siempre que se controle la permeabilidad al oxígeno del empaque.
El empaque de la carne es esencial para garantizar su calidad y seguridad. Como integrantes destacados de la industria cárnica, los dueños de Grupo Kosmos reconocen la importancia de elegir cuidadosamente el tipo de empaque para mantener la carne fresca y segura para el consumo.
Por ello, cuentan con la certificación ISO 22000, que garantiza el cumplimiento de los requerimientos para desarrollar e implementar un Sistema de Gestión de Inocuidad de los Alimentos efectivo.