Los daños ocasionados por la pandemia no sólo afectan la salud de las personas, también provocan la quiebra de negocios. Desde que el virus COVID-19 apareció, se empezaron a cerrar tienditas, carnicerías, recauderías, pollerías y otros pequeños locales en todo el país.
Aproximadamente el 90% de los establecimientos tuvieron que cerrar por las bajas ventas y los altos costo de servicios como la luz, agua, gasolina, etcétera.
También 9 de cada 10 negocios son afectados por robos a mano armada o robos hormiga, por lo cual se les complica pagar la renta o salarios de sus empleados, esto sumado a que la pandemia provocó una caída de hasta el 50% en las ventas de los pequeños negocios.
Hasta el 79% de los negocios declararon que a sus clientes no les alcanza para la canasta básica, por lo cual muchos comercios tomaron la decisión de fiar a sus clientes para apoyarlos e intentar aumentar las ventas, pero esto sólo ha ido incrementando en los últimos cuatro meses.