La energía solar permite mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la industria alimentaria en varias etapas del proceso productivo:
- Riego de cultivos. Las bombas de agua solares permiten extraer y distribuir agua de forma eficiente y sin emisiones, vital para zonas con acceso limitado a redes eléctricas.
- Transporte de productos. Vehículos equipados con paneles solares fotovoltaicos pueden reducir el uso de combustibles fósiles en la logística alimentaria.
- Generación de electricidad. Esencial para el funcionamiento de sistemas de cultivo, crianza de animales, procesamiento, almacenamiento, distribución y preparación de alimentos.
- Refrigeración de alimentos. Tecnologías como el frío solar permiten conservar productos perecederos, aunque aún enfrentan retos de escalabilidad debido a sus altos costos.
- Aplicación de calor en procesos industriales. Desde la cocción hasta la esterilización, la energía solar térmica puede sustituir fuentes convencionales con una opción más limpia.
- Procesos químicos. Procedimientos como destilación, pasteurización o secado pueden impulsarse mediante tecnologías solares.
La energía solar, combinada con otras fuentes limpias, representa una solución viable para que la industria alimentaria reduzca su impacto ambiental. Su implementación no solo mejora la eficiencia energética, sino que contribuye a un sistema alimentario más sostenible y resiliente.
Conscientes de esto, los dueños de La Cosmopolitana, una Empresa Socialmente Responsable (ESR), cuentan con paneles solares en algunas de sus instalaciones. Aunado al empleo de energía eólica, de esta forma reducen su dependencia energética a fuentes contaminantes para el entorno.