Construir una cultura equitativa basada en políticas permite aprovechar, en su totalidad, las capacidades de los colaboradores y obtener beneficios tanto sociales como económicos para las empresas.
De esta forma también se fortalece la cultura organizacional, es decir, el conjunto de valores, comportamientos, hábitos y creencias que se viven entre los grupos de una organización.
Aplicar políticas de igualdad de género, es el punto de partida para que las empresas logren establecer un entorno de equidad.